30/11/12

SLVDR

Otra vez, otra vez, otra vez. ¿Los ves? Detrás de la pared, al frente del auto, bajo las nubes, encima de la cabeza. Se repite el ciclo. Humo que sale de los oídos, como en una función de radio. Sueños con bagatelas, pianos y Elisa. Dime dónde estamos, por qué es que nos apoyamos en los pies y no en la cabeza, cuándo nos detendremos. No lo sabes, lo sé. Pero ese ruido en mí no para de volver a la linea, y de ahí al punto. No quedan sombras, algo esta fallando. ¿Más? Sí, pero sé que estás cansado, y que yo no volveré. Si puedes reír, ahora es cuando debes hacerlo. Tienes el corazón de un cerdo. 





8/11/12

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Los monstruos producen la razón en los sueños.




Una feliz idea lleva en su interior el origen de todas las desgracias. La historia da cuenta de ello: lo que comenzó a acontecer hace miles de años en el mediterráneo, en África, en los mares del norte se debe a una feliz idea que un feliz individuo tuvo la dicha de gestar. Es posible rastrear esa idea debido a las ruinas que ha dejado tras de sí. Pero a la sombra de esas ruinas se esconden nuevas ideas que podrán ocupar las reliquias dejadas por otras como base para construir nuevos individuos felices. Así continuaba la historia.



Y después de tantos siglos, la historia ha muerto (Fukuyama dixit). Ya no vemos la catástrofe, sólo lo amable de la idea. No hay algo contra lo que se pueda luchar. Esta lleno de cosas pero todas ellas están lejos del centro y la circunferencia. «Disneylandia existe para ocultar que es el país “real”» (Baudrillard). La feliz idea: vivir en el mundo real, observar el mundo real, ser híper-real. Es todo concebible; cognoscible; sensible; imaginable. No queda espacio para la imagen. Dejémosla de lado entonces. No veamos nada, en verdad nada. Agucemos otros sentidos, como el séptimo y el quinto. Espacio y oído.

I


¿Cómo distinguir lo real de lo híper-real cuando, a la vista, ambas cosas son la misma cosa? ¿Cómo descifrar un enigma que no existe? Tendremos que sostenernos de la tierra firmemente, con la cabeza al aire. Ajustar la percepción al momento justo en que estamos, el lugar preciso en el que estamos. Escuchar la vibración de cada movimiento para rehacer lo inexistente; recurrir a la imaginación para deshacer lo existente. Cuando se nos ha enunciado la función de todo cuanto hay en el panorama -e incluso se nos dice lo que se encuentra fuera de él-, es difícil dar un paso en falso. No hay tal cosa como lo que llaman libertad. Los pasos están marcados, uno tras otro, y sólo queda la posibilidad de llegar al último. No volver a empezar.



La maquinaria del sistema opera suavemente. No requiere el uso de fuerza, o de la mente: cualquier idiota la usa. La evidencia es inapelable. Unas cuantas palabras amables sobre la idea bastan. Todo estará bajo control. Hallarán oposición, es parte del juego, usa piezas simétricas de colores contrarios. Esferas sin color, en tonos enfadados. Sin ellas no hay control y sí sin sentido. Es necesario mantener la tensión, dejar a algunos sin dormir. Dar lugar para espacios alternativos, donde un día se pararán a cantar los pájaros, odiosas aves de presa, y los chicos y grandes comenzaran patear las mesas, tomar las botellas y sacudir los cabellos suavemente. La situación será la misma.

V


La gran lucha es contra la muerte. La de la historia, sí, pero sobre todo la propia. Nadie quiere ceder el paso para dejar espacio vacío. Dejar el telón no parece una opción. El disfraz ha dejado de serlo. La vida se ha transformado en un espectáculo de interiores. Homogeneización de los sueños, de la leche, del cielo, los zapatos. Un estado de sitio, donde hay un solo canal para conducir todas las llamadas. Puedes ser quien tú quieras, puedes ser cualquier cosa, en tanto sepas que puedes ser todo eso. Buscar la nada es algo pesado, de otro lugar, otra frecuencia. De un momento a otro podría ser que el eco nos pierda, y lleguemos a esa frecuencia. Entonces no habrá reposo. No encontraremos nuestra zona, nos faltará oxigeno y comenzaremos a sentir la cadencia de una respiración cercana. Las voces de los siglos venideros que han viajado hasta el comienzo para encontrarnos ahora. Las voces que no tienen un cuerpo, pero si fango, escamas, pelo, niebla y colores. Vienen a decirte que te detengas y salgas al exterior.

2/11/12

Æ

A la sombra guardaron. Caminando cuesta abajo, pues es claro que de arriba viene, la historia encuentra la luna, quien pronto recuenta recuerdos hipnóticos de sueños soporíferos alumbrados en vela. Un disfraz hipodérmico para todas las fiestas, para todos los años. Una herramienta siempre cargada, útil en cada actuación. Obscuros caminos, visiones carmesí. Los colores del infierno en una bestia celestial. Las flores, para otra ocasión.