Donde el abecedario comienza con Z.
Ceniza, Justicia.
Sé hablar lenguas muertas, y lo demostraré: hablaré de la fe.
Algo más allá, por donde hemos pasado, era todo lo que había. Unas manos posaban sobre la niebla haciendo saber al mundo que no sólo existe. Y sombras y sombras se ennegrecen, se tornan tangibles dejando de estar atadas a la luz; no necesitábamos la luz. Sabíamos de cierto lo que dejamos y tomamos. Éramos nosotros. Y avanzamos. La niebla se fue y el sol invadió. Nos miramos, eso provoco la escisión. Estábamos nosotros. Nada más existe. Comencé a creer en los fenómenos. Ahora ardo frente a un espejo que se extiende infinito, y cada segundo mi memoria escapa volviendo a mí. A mí y a lo que creo: caos; risas; risas que salen de todas partes, de todo. Y yo soy otro, no todo. Caigo fulminado. Mi lengua muere.
Algo más allá, por donde hemos pasado, era todo lo que había. Unas manos posaban sobre la niebla haciendo saber al mundo que no sólo existe. Y sombras y sombras se ennegrecen, se tornan tangibles dejando de estar atadas a la luz; no necesitábamos la luz. Sabíamos de cierto lo que dejamos y tomamos. Éramos nosotros. Y avanzamos. La niebla se fue y el sol invadió. Nos miramos, eso provoco la escisión. Estábamos nosotros. Nada más existe. Comencé a creer en los fenómenos. Ahora ardo frente a un espejo que se extiende infinito, y cada segundo mi memoria escapa volviendo a mí. A mí y a lo que creo: caos; risas; risas que salen de todas partes, de todo. Y yo soy otro, no todo. Caigo fulminado. Mi lengua muere.