25/3/05

Pereza

Álvaro estaba muy emocionado de por fin encontrar lo que quería hacer el resto de su vida: ser filosofo. Realmente se le hizo la opción más lógica para alguien como él. De aspecto sencillo, inteligente, razonador, amante de la paz y las mujeres, un poco descuidado en su aspecto. Claro, su primer opción era escribir, pero no le latió. Para él era sólo pensar, discutir sus pensamientos para lograr mas pensamientos. En fin, que el muchacho estaba que brincaba de gusto de hallar su respuesta. Le dijo a sus padres, pero no les gusto mucha la idea, no pensaban que Álvaro tuviera mucho futuro en ese campo, pero no le insistieron mucho. Sus amigos tampoco le hicieron mucho caso, pero él ya estaba acostumbrado. Su novia fue la única que se emociono, le gustaba la idea de que cuando Alvaro llegara a ser un famoso filosofo, ella seria la dama que lograba que Álvaro quisiera pensar en lugar de estar junto a ella (bueno, de seguro no lo vio así, pero el resto de nosotros si). Así empezó Álvaro a filosofar profesionalmente, sin ir a escueluchas donde le iban a quitar su originalidad y creatividad a la hora de pensar. Se pasaba todos los días sentado o acostado pensando en todo, a veces en nada y por lo general en algo en particular. Veía television, comía, iba al baño, hacia todo lo que la gente normal, solo que hacia algo que la gente normal no hace, pensar. Crear una filosofía nueva, ese era su propósito y ya iba encarrerado hacia eso; llamo a su filosofía la pereza. Si, de eso se trata todo, de la pereza, la filosofía es pereza, la vida, el cine, la comida. Esto que estas leyendo todo viene y todo conlleva a la pereza.

3/3/05

Otra vuelta de tuerca

No sirvo mucho para escribir esto, se nota por mis largas ausencias y el que nadie —ni mis amigos— entren a leer lo que aquí escribo.
Estoy asustado, deprimido, confundido, triste. El sábado, O. y yo fumamos yerba, nada fuera de lo común, solo un cigarrillo. Pero algo ha pasado, los efectos no se van del todo, O. esta deprimido y, obviamente, yo también. Pero no exactamente por las mismas razones. O., creo, se siente mal porque la confusión que dejo la droga esta vez fue grande, aún hoy, que ya han pasado varios días, tengo la sensación de estar drogado, y él también y no es placentero. Él me comenta que nos ve y no nos reconoce, no sabe cómo tratarnos. Pero eso es por lo que se siente mal.
Yo también me siento mal por eso, pero me siento peor porque yo de verdad creía en las drogas. Suena estúpido e irresponsable, pero en verdad yo quería/quiero entrar en ese mundo. Y después de esta experiencia ya no sé qué pensar, ademas de que O. dice que ya no va a probar drogas, y como tenemos el trato de solo drogarnos juntos, no puedo hacerlo amenos que él lo haga también.
Por eso estoy confundido, deprimido, asustado y triste. Por eso y porque no sé si de verdad estoy donde quiero estar, no encuentro a A., en fin, parece que solo me sé quejar, quizá borre este blog, después de todo, nadie lo leerá.