Margot me ha dicho muchas cosas. Algunas desiertas y otras contrarias. La mayoría son reflejo de días más allá de todo recuerdo. Días en los que una parábola se abrió bajo mis pies y condujo la memoria a un festín donde encontré no solo belleza, también miedo y ausencia, sorpresa e ira; paladeé todos los gustos que se ofrecieron, todas las moléculas que existirían. Y desperté en un momento perfecto para desaparecer de las tormentas. Herido de muerte, con un fuego en la cabeza que me permitió vislumbrar el sendero —el otro, el mío—, corrí por las azoteas mudando de piel, dejando pedazos de la luz bizarra que se me ha otorgado. Displicente siempre, nunca confiado del oro, encontré en lo más recóndito aquello que no fui a buscar, lo que no me importa. Me deshice, y comencé de nuevo y de nuevo y de nuevo y de nuevo, bailando. Pisé demasiados dedos, y los míos fueron triturados muchas veces. La música continúa aún así. No se detiene, nunca se detiene. Profiero entonces conjunciones desarticuladas respecto a sombras y árboles, plumas y lluvia, ríos y electrum. Bagatelas. Una tesis que no aparece porque requiere su antítesis, y esa debe salir a cazarse —no llega sola—. Voy, ahora, a explotar de mil maneras y una manera. Ser un i.d.i.o.t.a. hasta que lloren mis ojos, hasta que los periódicos dejen de hablar de lo mismo, hasta que encuentre la tierra. Cuando eso suceda sabré que el sueño ha terminado. Como este lugar y este silencio. Como arriba y como abajo. Gracias por todo, gracias por nada.
27/2/13
20/2/13
Zumbido de perro
(Una persona me pidió que escribiera unos cuantos haikus para ayudarle con un proyecto. No es empresa fácil, pero me decidí a hacerlo. Opté por inspirarme en un disco de Buzzcock escribiendo un texto sobre cada una de las canciones. Esté es el resultado. Ahora que lo publico no quedo muy contento, pero fue divertido hacerlo, un buen ejercicio creativo. Espero que alguien le encuentre sentido, sólo el suficiente).
Otra y otra vez
las hojas tornan rojas.
Algo está mal.
Mi lugar.
Lo encuentro cerrado,
ajeno.
Lo gasto
todo y demás.
Así deseo.
Tengo una idea
que desaparece.
Era música.
Debajo están
los dibujos de anoche.
De nosotros.
Corrí mucho.
Intentaba alcanzarte,
como antes.
Mi auto explotó,
una venganza italiana.
Sucedió así.
Una pesadilla,
el mundo tiene fin.
Estoy despierto.
Muchas imágenes.
Herramientas,
precipicios, animales.
No deberían.
En mi taza
una infusión blanca de
arándanos.
¿Qué tengo?
Pequeñas maquinas
haciendo mucho ruido.
Me siento absorto.
El reloj
pegado a la pared
me desintegra.
La casa vacía
evoca una respiración
que
sólo ella conoce.
Una cadena
ata un perro a otro.
Algo invisible.
Lo que he visto
se detiene a lo lejos.
Se pierde.
Un cuadro
olvidado en la esquina.
No sé que es.
12/2/13
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