27/7/15

VV





Comparto los gastos y los castigos
pues he pecado con esmero
he dedicado una vida y más aún
a la desdicha de ver un yo en el espejo


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Destruyendo toda potencia
            y todo poder que sujeta
Demos la vuelta y cerremos 
            brazos y ojos al interior
Dejemos los amuletos 
            heredados por el sol
bajo las rocas frías 
           de Trafalmadore
Llamando espejo 
           a la doble transparencia



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Escuché
      cada día 
                hora
                minuto
                segundo
                              el tiempo


Y lo perdí

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Dejar de desear.
Perder una, dos 
y otra vez.
Hasta lo más alto
para perder
La voz del silencio
no busca, no encuentra,
no está.
Ser es silencio.



25/7/15

Nuestro hijo envilecido

¿Dónde están nuestras patrañas?

Si no hace reír no sirve.
Hagamos un circo con las piedras,
colguemos los arboles, suavicemos
los ríos, sistematicemos la mirada.

Un zumbido perpetuo
lo que siempre ocurre con la posibilidad.
En voz alta suena indiferente
pero mejor así sea.

Alguien nos dio nombre,
alguien más nos nombró algo.
El rostro oxidado de la carcajada anulada.

17/7/15

st

Un sueño dentro de una canción donde el horizonte es doble
nosotros, todos, antes del otoño cuando lamentamos al león
sabemos de donde viene
voz a voz a voz avoz azov
avoz azvo avzo vazo aozv
vaoz vzao zaov azvo oavz
y aún nos sorprende la sucesión 
                                                        distancia 
                                                                        rapidez
despiertas pálido
despiertas 
                   la canción inconclusa.

¿De dónde viene el silencio?

En el piso de arriba, un piano
se alimenta, a desdén.


El interior es como todos,
éste y aquel (o éste).


Lo busco y le disparo,
suena “E-E-E-E”.

Canto verde

Luna en la mañana 
                   -azul es el mañana-
encendida por las aves
Música de sordos
y los días veloces
Frío que se conserva
perros que olvidan 
                   -recuerdan que olvidan-

¡Bah!, todo esto es el humo que me arrojas.

Canto amarillo

Comenzó en una estancia olvidada
cuando ella preguntó



     -¿Cuántas gotas de agua corren por tus ojos?

     -Ni una sola; me habita el fuego.

     -Pobre  alma probada; desconoces los ritos y proporción.
      Piensas coser, con cabellos desechos, las nubes
      y con tijeras de madera cortar montañas.
      No eres ya un hombre.

    -¿Te quedarás?

    -Volveré.



Cuando ella se fue, la estancia volvió al olvido.

Canto rojo

Millones son las almas
encontradas por el mar
En lo obscuro escucho la luz
el ruido se presenta
en forma de bien, verdad y 
                        belleza.



Desierto; invoco al silencio
y despierto a la estática
que come mis entrañas 
                       -cada vida, por vida-

Canto azul

Camino al río, frío río
te encuentro sentada
                                       en el bosque

Los pájaros te acompañan
frente a ti un rojo viviente
habla de estrellas y polvo
Te invito a correr, correr
enamorarte de los arboles
                                       matar la luz

El sol sale de su infierno
crucemos el mundo
CRUZAMOS SANGRE




Canto blanco

El temor nace de un dios,
uno que jamas existió
/a alguien mordió/
Perdido en el blanco, ahora (ahora-ahora-ahora...∞)
estático silencio
eco del mañana
aprieta el cielo sobre mis pies
¿Preguntas?
Los puertos fueron destruidos
así los buques no lo encuentran
y el gris aumenta el volumen
/en círculos/
Ardo en llamas horizontales
envejecidas por los nombres
de ríos
sin dientes
dejando una estela invisible
de la que cuelgan las vocales
No hay direcciones, ni una
sombra de plata
noche escondida
para perderme; guardar montañas

Dime, oh Dios: cuando me azotes,
¿sabrás que yo existía?

Canto negro

Caminó deprisa, un hombre,

por la tierra probada.

Observaba todas direcciones

Escuchaba todas emociones

Y gritaba: “Dios, Dios”.



Caminó deprisa, un hombre,

por los mares discretos.

Reía con las olas

Lloraba con las olas

Y gritaba: “Dios, Dios”.



Caminó deprisa, un demonio,

entre el triangulo de serpientes.

Devoró universos

Bebió de los labios

Y gritaba: “Dios, Dios”.



Se encontraron, hombre y demonio,

sobre una montaña.

Detuvieron sus pasos

Detuvieron sus cantos

El primero dijo – No -

El otro contesto - Sí -




Caminó un dios, uno lento,

por entre su ser.

Nada veía

Nada reía

Nada escuchaba

Nada lloraba

Y gritaba: “Sí, Sí”.




Bueno, ahora conoces el canto,

¡ve, pues, a perderlo!