25/7/15

Nuestro hijo envilecido

¿Dónde están nuestras patrañas?

Si no hace reír no sirve.
Hagamos un circo con las piedras,
colguemos los arboles, suavicemos
los ríos, sistematicemos la mirada.

Un zumbido perpetuo
lo que siempre ocurre con la posibilidad.
En voz alta suena indiferente
pero mejor así sea.

Alguien nos dio nombre,
alguien más nos nombró algo.
El rostro oxidado de la carcajada anulada.

No hay comentarios.: