1/6/13

Velazco

Donde el abecedario comienza con Z.

Ceniza, Justicia.





Sé hablar lenguas muertas, y lo demostraré: hablaré de la fe.




Algo más allá, por donde hemos pasado, era todo lo que había. Unas manos posaban sobre la niebla haciendo saber al mundo que no sólo existe. Y sombras y sombras se ennegrecen, se tornan tangibles dejando de estar atadas a la luz; no necesitábamos la luz. Sabíamos de cierto lo que dejamos y tomamos. Éramos nosotros. Y avanzamos. La niebla se fue y el sol invadió. Nos miramos, eso provoco la escisión. Estábamos nosotros. Nada más existe. Comencé a creer en los fenómenos. Ahora ardo frente a un espejo que se extiende infinito, y cada segundo mi memoria escapa volviendo a mí. A mí y a lo que creo: caos; risas; risas que salen de todas partes, de todo. Y yo soy otro, no todo. Caigo fulminado. Mi lengua muere.




27/2/13

Carta sin rostro

Margot me ha dicho muchas cosas. Algunas desiertas y otras contrarias. La mayoría son reflejo de días más allá de todo recuerdo. Días en los que una parábola se abrió bajo mis pies y condujo la memoria a un festín donde encontré no solo belleza, también miedo y ausencia, sorpresa e ira; paladeé todos los gustos que se ofrecieron, todas las moléculas que existirían. Y desperté en un momento perfecto para desaparecer de las tormentas. Herido de muerte, con un fuego en la cabeza que me permitió vislumbrar el sendero el otro, el mío, corrí por las azoteas mudando de piel, dejando pedazos de la luz bizarra que se me ha otorgado. Displicente siempre, nunca confiado del oro, encontré en lo más recóndito aquello que no fui a buscar, lo que no me importa. Me deshice, y comencé de nuevo y de nuevo y de nuevo y de nuevo, bailando. Pisé demasiados dedos, y los míos fueron triturados muchas veces. La música continúa aún así. No se detiene, nunca se detiene. Profiero entonces conjunciones desarticuladas respecto a sombras y árboles, plumas y lluvia, ríos y electrum. Bagatelas. Una tesis que no aparece porque requiere su antítesis, y esa debe salir a cazarse no llega sola. Voy, ahora, a explotar de mil maneras y una manera. Ser un i.d.i.o.t.a. hasta que lloren mis ojos, hasta que los periódicos dejen de hablar de lo mismo, hasta que encuentre la tierra. Cuando eso suceda sabré que el sueño ha terminado. Como este lugar y este silencio. Como arriba y como abajo. Gracias por todo, gracias por nada.















20/2/13

Zumbido de perro

(Una persona me pidió que escribiera unos cuantos haikus para ayudarle con un proyecto. No es empresa fácil, pero me decidí a hacerlo. Opté por inspirarme en un disco de Buzzcock escribiendo un texto sobre cada una de las canciones. Esté es el resultado. Ahora que lo publico no quedo muy contento, pero fue divertido hacerlo, un buen ejercicio creativo. Espero que alguien le encuentre sentido, sólo el suficiente).

 
Otra y otra vez

las hojas tornan rojas.

Algo está mal.







Mi lugar.

Lo encuentro cerrado,

ajeno.





Lo gasto

todo y demás.

Así deseo.



Tengo una idea

que desaparece.

Era música.






Debajo están

los dibujos de anoche.

De nosotros.






Corrí mucho.

Intentaba alcanzarte,

como antes.





Mi auto explotó,

una venganza italiana.

Sucedió así.







Una pesadilla,

el mundo tiene fin.

Estoy despierto.






Muchas imágenes.

Herramientas, precipicios, animales.

No deberían.






En mi taza

una infusión blanca de arándanos.

¿Qué tengo?






Pequeñas maquinas

haciendo mucho ruido.

Me siento absorto.







El reloj

pegado a la pared

me desintegra.





La casa vacía

evoca una respiración que

sólo ella conoce.





Una cadena

ata un perro a otro.

Algo invisible.





Lo que he visto

se detiene a lo lejos.

Se pierde.





Un cuadro

olvidado en la esquina.

No sé que es.

12/2/13

Teo





Esto es un juego
y no estoy molesto;
ninguna lágrima lavará
la sangre esparcida en el piso.

27/1/13

Dientes

Un dedo perdí.
Fragmento de mí
que no volverá.

Miro mi mano
y toco mis labios.
No está más.

Una sonrisa me escapa,
pues nada obtuve de él.
Desprecio y fabulas;
el eterno aborrecer
a lo que me he entregado.

Lo que nunca deseé
y siempre esperé.
Una conclusión.