—en forma horizontal—
para no perderme
en oraciones ficticias
u otras posiciones
creadas para no cambiar
de lugar o sentido o tema.
Abrazo la noche y mi mareo
tartamudeando coherencia
gritando las ilusiones
que brotan de todo
lugar por conocer o ya
antes presente en nuestra
imaginación; imágenes
que varían pero contienen
un mismo vacío.
Deslizo mi andar continuo
de un centro inexistente,
sin límites o interrupción.
Guardar silencio
es la misión: necesario
tenerlo a la mano
y darla cuando ocupes,
requieras, pidas algo más
que la simpleza que acostumbro.
Paso a paso, prosigo un carril
que tropieza con cada
trasfondo, mineral u ocular.
Mantengo los oídos abiertos
para no errar el tiempo robado,
para no perder el peso que gana
el paseo del mañana.
Podemos voltear los ojos
a la extensión dada,
seremos liquido, gas, solido y éter;
transmutación tras mutación.
Paralelos como el agua:
perpendiculares como fuego.
Idénticos y diferentes.
Camino presto al
movimiento que pide
aquello que no llega.
Estoy a tu lado,
estando
siempre
sin
estar.
estando
siempre
sin
estar.
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