(Una persona me pidió que escribiera unos cuantos haikus para ayudarle con un proyecto. No es empresa fácil, pero me decidí a hacerlo. Opté por inspirarme en un disco de Buzzcock escribiendo un texto sobre cada una de las canciones. Esté es el resultado. Ahora que lo publico no quedo muy contento, pero fue divertido hacerlo, un buen ejercicio creativo. Espero que alguien le encuentre sentido, sólo el suficiente).
Otra y otra vez
las hojas tornan rojas.
Algo está mal.
Mi lugar.
Lo encuentro cerrado,
ajeno.
Lo gasto
todo y demás.
Así deseo.
Tengo una idea
que desaparece.
Era música.
Debajo están
los dibujos de anoche.
De nosotros.
Corrí mucho.
Intentaba alcanzarte,
como antes.
Mi auto explotó,
una venganza italiana.
Sucedió así.
Una pesadilla,
el mundo tiene fin.
Estoy despierto.
Muchas imágenes.
Herramientas,
precipicios, animales.
No deberían.
En mi taza
una infusión blanca de
arándanos.
¿Qué tengo?
Pequeñas maquinas
haciendo mucho ruido.
Me siento absorto.
El reloj
pegado a la pared
me desintegra.
La casa vacía
evoca una respiración
que
sólo ella conoce.
Una cadena
ata un perro a otro.
Algo invisible.
Lo que he visto
se detiene a lo lejos.
Se pierde.
Un cuadro
olvidado en la esquina.
No sé que es.
1 comentario:
Nadie encripta palabras
sólo
tú
cómo
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