18/8/10

His story

1.- El hombre no tiene un cuerpo distinto de su alma.
Aquello que llamamos cuerpo es una porción
de alma percibida por los cinco sentidos,
pasajes principales del alma en esta edad.
2.- La energía es la única vida,
y procede del cuerpo; y la razón
es el límite o circunferencia de la energía.
3.- Energía, delicia eterna.

W. Blake
 



8 de mayo, 6:05 a.m.
Debimos haber partido hace 2 horas, pero hasta ahora solo hemos llegado diez de los veintitantos que iremos a bordo del autobús -el cual es una mierda-. Me duele saber que viajaremos durante dos días o algo así, sobre un vehículo como este. Los diez que estamos no incluyen a los "coordinadores", "organizadores", o cómo se les quiera llamar, de este viaje (la gente que tiene el dinero que recolectamos en una fiesta la noche anterior). Por lo que sabemos siguen en la fiesta ahora mismo. No ha comenzado como esperábamos; estamos hartos, arrepentidos, desvelados y pensando de más, como nos es usual. Sera un camión con doce hombres abordo y dos mujeres. Todos los/las demás decidieron no ir en el último momento. 
10:34 a.m.
Llegaron los jefes y nos fuimos. Desde el principio quedo sentenciado el consumo de nuestra -poca, DEMASIADO poca- gañja; empezamos a fumar cuando el autobús salió de la ciudad. Dormí un par de horas y ahora que despierto me encuentro rodeado de cerveza; es una gran mejora respecto al inicio: ya sabemos qué vamos a hacer para matar el tiempo. Seguimos acabando con lo nuestro. En el norte hay retenes, federales y ambiente poco amable. Por fortuna traemos libros, películas, guitarra, alcohol y disposición.
Algo de comida no estaría mal, pero en fin, ya llegara.
5:13 p.m.
Se acabo. Ahora necesito más. Ya es cansado estar en el autobús. Nosotros (mis amigos y yo) decidimos sentarnos en la parte de atrás; la puerta del baño no se cierra, algo que no pensamos sucedería. Como tampoco consideramos que el hecho de convivir juntos todos los días causaría que ya no tengamos nada de qué hablar —excepto, claro, de lo cansado que es estar viajando así y maldiciendo por no haber tomado un avión—, y queda un día de viaje. Por lo pronto nos detuvimos a comprar algo de comer. ¿Qué encontramos? Un paraje a medio camino donde venden quesadillas caras -pero sabrosas- acompañadas de frijoles; en el local de al lado venden cerveza. ¡Sí!, seguiremos bebiendo hasta que olvidemos el dolor de estar sentados tanto tiempo y el olor del maldito baño. Beber y dormir es todo lo que único que no te vuelve loco, y ya varios están muy ebrios. Llevamos menos de doce horas de viaje, y sé que no soy el único aburrido. 
10:00 p.m
¡Por fin algo interesante! Un amigo tiene un papel y lo compartirá con nosotros. Sera una gran obra. Sí que lo sera. Por otra parte, hasta ahora no hemos sido molestados por la ley; me parece que nos preocupamos de más. De cualquier forma, eso no importa ya. En cuanto a lo demás, sigue igual, nada interesante que comentar. Algo de Monty Python en la t.v., darle sentido a este viaje -ya sabes-, salvo que el maldito dvd no funciona; saltos y saltos que no deberíamos estar dando ahora. Bueno, al menos ese cuarto esta dando pequeñas señales de vida: las luces brillan mucho, y no me dejan de hablar de un cigarro prendido. Afuera todo es oscuridad y desierto. Me agrada, y más si sigo bebiendo (sin llegar jamas -con tristeza lo admito- a estar ebrio). Seguimos conscientes. ¿No puede suceder algo que convierta este viaje en toda una experiencia salvaje? Voy a dormir. 
9 de mayo, 9:27 a.m.
Desperté muy temprano; no puedo dormir, no puedo no-aburrirme, no puedo escuchar música agradable —porque los que se sientan adelante ya se apropiaron del "stereo" y son amigos del "chofi"; pura mierda—. Bueno, desperté temprano y nos habíamos detenido, no sé porqué, en el desierto, a un costado de la carretera. Baje a explorar un poco; me estiré, avancé hasta donde se podía, vi las plantas, alguna piel de serpiente, rocas, tierra, tierra, tierra. El sol pegaba duro, muy duro, y todos estábamos afuera del autobús viéndolo. Suena ridículo, pero así fue. No sé (ni me interesa) si hubo problemas o porque nos detuvimos, pero no fue demasiado tiempo. Volvimos al camino poco después. Y empiezo a recordar que en la madrugada si nos detuvimos en dos o tres retenes; bajamos del camión con todas nuestras cosas, las pasaron por rayos X, revisaron minuciosamente el autobús y nos dejan ir. ¿Qué habría sido de nosotros en caso que lleváramos drogas? Poco antes de este viaje, un amigo fue detenido con hierba en la carretera, pidiendo ride, por federales. Le hicieron todas las revisiones que no quieres saber; iba con otros dos, y fue uno de sus acompañantes el que había guardado la planta en su equipaje: ese tío paso unos días en prisión y tuvo que pagar —algo así como— $20,000. Si alguno de nosotros hubiera sido descubierto con algo, todos habríamos sido detenidos, no habríamos llegado a nuestro destino y pasaríamos MUCHO tiempo en alguna cárcel culera con tipos que nos tratarían como mierda. Es un país muy mierda, es un hecho que no somos diferentes al lugar donde vivamos, por más que nos guste pensar lo contrario. Sea como sera, no traíamos nada, por tanto nada nos ocurrió. En fin. En la mañana, después del desierto, seguimos avanzando hacia el norte. Ya faltaba menos que el día anterior. A leer un poco y llegar con ideas al coloquio. Cierto, cierto, no dije a dónde vamos ni a qué. Nuestro destino: TijuanaTijuana; existen lugares míticos, lugares sagrados a los que vale la pena llegar. Para nosotros, Tijuana es más que una ciudad: se ha convertido en parte de algo más grande que una posición geográfica. Es (y sera, si todo sale bien) nosotros. Nosotros somos ella. Una sola cosa —como las revistas suecas—.
10 de mayo, 1:27 a.m.
Llegamos. Por fin estamos en Tijuana, y es extraño, como debía ser. ¿Qué ocurrió? Bueno, atravesamos la rumorosa. Valles, montañas, campos: el ambiente fue mejorando. Entramos a la ciudad a las 5 de la tarde y, como tenia que ser en un auto repleto de hombres, en cuanto vimos mujeres de la ciudad no pudimos dejar de observarlas. Fue una agradable bienvenida. La ciudad es bastante grande, con colinas, playa, un centro enorme y una frontera. Genial. Genial. Genial hasta que llegamos al hotel oficial. No teníamos dinero suficiente; la escuela no nos iba a pagar el hospedaje; los "jefes" mal organizados. Hemos ido a buscar un hotel de quinta en el centro. Eso esta bien; caminamos, comimos y conocimos el lugar. Tiene onda. Vimos varias opciones, y finalmente se decidieron por la más económica. Claro que no habían visto el hotel; una de las dos chicas que venia con nosotros lo vio y pensó que seria adecuado. Error. Putas putas putas, gritaba el hotel, la calle donde estaba el hotel y la zona donde estaba la calle. Un grupo de jóvenes con cara de turistas se registran en este hotel. Claro que a —casi— nadie le gusto la idea. Pero no había más. Dado el caso sólo teníamos algo que hacer: conseguir gañja. Y a eso fuimos (y a comer). Solo nos dimos un baño y salimos. Todo es gringo allá, así que la comida es rápida. Y fuimos al callejón Coahuila, donde nos dijeron que encontraríamos lo necesario. Sí, la mayoría de la gente hubiera estado satisfecha: nosotros no. En una cuadra están sembrados todos los vicios, pero no el nuestro. Preguntamos. Nos dijeron que sí. Volvió con piedra, dijimos no. Pidió dinero para volver con el pedido, dimos la mitad. No regresó. Nos fuimos al hotel. Primera noche en Tijuana y ella nos ha ganado (hasta ahora). Estaremos una semana. Mañana lo conseguiremos. Ya estamos aquí; esto ha comenzado, fue una introducción. 





4 comentarios:

Paulina Mendoza. dijo...

bueno el relato, me quedé picada y con muchas muchas ganas de ir a Tijuana, el viaje que me perdí jojojo, quiero leer lo que sigue 7.

Jude Guzmán dijo...

Intento darle letras a mis pensamientos, poner en palabras lo que siento en este momento. No puedo, para que lo niego, mi cabeza se ha vuelto seca y mis ojos se humedecen con cada parpadeo -intento quitar de mi vista las lineas luminosas que dejan las letras blancas en contraste con el fondo negro- un relato que tiene que ser terminado, sin llegar a un fin, pero si tocando un poco más los detalles tijuaneros. Me encantaría escucharlo en persona. Escucharte relatarlos en persona.

Anónimo dijo...

Y así fue, tan fluyente y envolvente, como esta pelusa en el mundo se enteró del mítico viaje al que le hubiera encantado ir.

Mariel dijo...

te digo que eres buen cronista